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viernes, 22 de abril de 2011

Francisco de Goya - "Con la muerte de Goya termina la pintura clásica"

"La fantasía, aislada de la razón, sólo produce monstruos imposibles. Unida a ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos."


En lo personal mi pintor favorito, sus diversas etapas son de tendencia marcada, inicia sus obras mas conocidas como pintor de la corte, haciendo retratos y otras obras que lo llevaron a estar dentro de los mas altos círculos sociales, su vida en esa etapa es rodeada de bailes reales y lujos. 


Conoce a la Dama de Alba quien se convierte en el amor de su vida, ese amor es tormentoso en partes y apasionado en las mas, en numerosos retratos y pinturas plasma este sentimiento, un rasgo que caracteriza a Goya saber plasmar sus sentimientos en cada obra,  en la pintura "saturno devora a un hijo" expuesta antes, se ve el torso de una mujer con un ser lleno de enojo que no tiene tintes mitológicos, el cual podría ser el torso de Cayetana, un claro ejemplo de los sentimientos del autor a la muerte de ella.

En 1792, durante un viaje a Andalucía, contrae una grave enfermedad que le dejó completamente sordo. Esta circunstancia, unida a las graves consecuencias que la Revolución Francesa tuvo en la Corte y para sus amigos ilustrados (destierros, encarcelamientos...), le sumirán en una profunda crisis que influirá en su carácter y en su pintura.

Durante la Guerra de la Independencia 1808-1814, Goya acentuó su pesimismo y mantuvo una actitud conservadora en su actividad pública, como se puede ver a través de sus históricos lienzos: El Dos de Mayo y Los fusilamientos del Tres de Mayo; y de sus grabados Los Desastres de la Guerra.

A los setenta y tres años, sordo, enfermo y desengañado, compra la "Quinta del Sordo" a las afueras de Madrid; allí se refugia con Leocadia Weiss, fiel compañera de su vejez, y ejecutará su obra más personal e inconfundible: Las Pinturas Negras. Viviría allí hasta 1823.


En 1824 partía Goya hacia Francia, concretamente hacia Burdeos, en busca de tranquilidad y del cariño de todos aquellos amigos que allí se encontraban. Vivió cuatro años más, con nuevas ilusiones que le permitieron seguir intentando nuevas formas y técnicas en su pintura hasta su muerte en 1828.  


En cuanto a sus obras, podemos decir que estas son muy fieles con respecto a la época ya que Goya fue un ejemplo de artista comprometido con su tiempo: primero hubo de ser el pintor del espíritu de la razón y de la esperanza, reflejando en sus lienzos la ilusión de la concordia española con su mundo de amable costumbrismo; después, al concluir de su vida, sería como ningún otro artista, el denunciador de una época de traición, fracaso y miseria. Los últimos años de su vida, con residencia en Francia, pudieron proporcionarle una visión muy ilustrativa, desde fuera, de un país, el suyo, que a su muerte dejaba enfrentado en las dos facciones que por mucho tiempo habían de quedar denominadas como "las dos Españas".

Junto a una importante obra oficial, formada por retratos, pinturas de género, religiosas y de guerra, Goya desarrolló una obra personal representada por los "Caprichos" y las "Pinturas Negras", donde de forma simbólica, no exenta de ironía, manifestó sus preocupaciones más íntimas y dirigió sus críticas hacia el mundo que le rodeaba. Inicialmente concebida como "Sueños", la serie de grabados de los "Caprichos" atacaba los vicios del clero y de la alta nobleza, para lo que utilizaba un lenguaje que debería ser entendido en su auténtica lectura por el público ilustrado al que iba destinado, evitando así el peligro de la Inquisición.


Todavía estoy aprendiendo (escrito por Francisco De Goya en un dibujo que hizo a los ochenta años).

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